martes, 6 de julio de 2010

el tiempo pasaba, el tiempo volaba.-


Te aceptaron, claro. Dejaste Boston y te viniste a París, a un pisito en Faubourg Saint Denis. Te enseñé el barrio, mis bares, dónde estudiaba. Te presenté a mis amigos, a mis padres. Escuché los textos que ensayabas, tus canciones, tus esperanzas, tus deseos, tu música. Tú escuchaste la mía, mi italiano, mi alemán, mi poco ruso. Te regalé un walkman. Tú me regalaste un almohadón, y un día... me besaste. El tiempo pasaba, volaba. Y todo parecía tan fácil, tan sencillo, tan libre, tan nuevo, tan único.. e intangible. Ibamos al cine, a bailar, de compras, reíamos, llorabas, nadábamos, fumábamos, nos afeitábamos. De vez en cuando gritabas, sin razón alguna con razón... a veces con toda la razón. Te acompañaba al conservatorio, estudiaba para los exámenes, escuchaba tus ejercicios de canto, tus esperanzas, tus deseos, tu música. Tú escuchabas la mía. Estabamos cerca, muy cerca, cada vez más cerca. Ibamos al cine, a nadar, reíamos juntos. Tú gritabas, a veces con razón, a veces sin. El tiempo pasaba. El tiempo volaba. Te acompañaba al conservatorio, estudiaba para los exámenes, me escuchabas hablar italiano, alemán, ruso, francés. Estudiaba para los exámenes, gritabas, a veces con razón. El tiempo pasaba, sin razón. Gritabas, sin razón. Estudiaba para los exámenes, los exámenes, los exámenes, los exámenes. El tiempo pasaba. Gritabas, gritabas, gritabas. El tiempo pasaba. El tiempo volaba...

No hay comentarios: