sábado, 31 de diciembre de 2011

Chao chao

Son las 0:07. Le puse play a Hey Jude, sí la de The Beatles, esa canción tiene ese algo que me hace escucharla una y otra vez sin cansarme. A lo lejos, y tras una cortina logro escuchar uno que otro fuego artificial que anuncia oficialmente que se acaba el año, que hoy es el último día del 2011.

No quiero ponerme sentimental ni na por el estilo, pero admito que este año fue raro. De primera se pasó tan rápido que aún me cuesta comprender que mañana a las 00:00 estaremos todos tomando champange, vestido de manera especial y deseándonos unos a otros que este año sea el mejor y todo el cliché que se dice.

Raro, raro también me resulta el hecho de estar escribiendo sobre estas cosas, si la verdad, tenía pensado escribir sobre otra cosa.


Este 2011 me sirvió mucho para crecer y madurar. Aprendí a distinguir los detalles pequeños sobre los cuales vale la pena hacer sacrificios de vez en cuando. También, sobre valorar a personas que realmente lo valen y a ir eliminando, o filtrando, aquella que simplemente se jacta de llevar ese título.

En fin, un año más que más da, como dice aquella popular canción que después cantaremos como hasta el primer fin de semana de enero hasta que nos aburramos.

Sólo espero que este 2012 sea bueno..., y que ya, qué tanto! me carga el cliché.

Hago un break - suena Loca, de Chico trujillo - es en mi pasaje? sí, mis vecinos ya empezaron a celebrar.